Los compré sin saber a lo que iba. Se los envié de regalo a mi hermana quién es de esas personas "difíciles" a la hora de regalarle. Al recibirlos agradeció la belleza de la presentación. Pero luego, cuando los probó me dijo "¡Es que te mueres de los ricos que son!" De ahí, no paró de decir eso y de comerlos. Son maravillosos (también los probé). Tienen un manjar suave y cremoso dentro. El barquillo está fresco y crujiente. Sin duda, los recomendaríamos muchas veces.